En su momento este mismo boletín recogió el caso nos hicimos eco del preso sueco que pasó por ser el mayor asesino en serie de de Europa tras confesar cerca de 40 asesinatos que no había cometido, con el “aderezo” de violaciones y canibalismo. Fue condenado a una larga cadena hasta que un periodista pudo fácilmente demostrar la falsedad de sus autoinculpaciones, para vergüenza de investigadores y juzgadores. A propósito del inminente estreno de una película sobre el caso, un reportaje de Irene Hdz. Velasco en El Mundo describe la historia.